miércoles, 12 de febrero de 2014

El Cabildo confirma que el palmeral de Cabo Verde está afectado por la Diocalandra

Solicita al Gobierno de Canarias que declare la Diocalandra como plaga.
El palmeral de Cabo Verde, en la Villa de Moya, uno de los más emblemáticos del norte de Gran Canaria, está afectado por la Diocalandra frumenti, un coleóptero de la familia de los curculiónidos  que daña gravemente la salud de las palmeras. 

Así lo han diagnosticado definitivamente los técnicos de las consejerías de Agricultura y de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, tras los estudios realizados tanto en el propio palmeral como en el laboratorio, analizando las diferentes muestras recogidas sobre el terreno.
La consejera insular de Medio Ambiente, María del Mar Arévalo, dio a conocer la noticia en el transcurso de la visita que realizó este martes, al lugar, acompañada de los concejales de Medio Ambiente y Aguas del Ayuntamiento de Moya, Santiago Galván y Raúl Afonso. Fue precisamente el Ayuntamiento quien en el año 2012 dio la voz de alarma sobre la situación del palmeral de Cabo Verde, ante el aparente y progresivo deterioro de las palmeras, solicitando de inmediato la intervención del Cabildo de Gran Canaria. La institución insular se puso entonces manos a la obra y detectó la presencia de este insecto, que hasta entonces se había limitado a atacar a los palmerales situados en la franja más próxima al litoral.
Según los técnicos del Cabildo, la Diocalandra, conocida en  nuestro archipiélago desde 1998 y que pudo haber llegado a las islas debido a la importación de palmeras datileras, ya afecta a la práctica totalidad de las palmeras ubicadas en el perímetro costero de Gran Canaria. Ahora  amenaza con propagarse hacia el interior a través de palmerales como el de Cabo Verde, en Moya, el de Fataga, en San Bartolomé de Tirajana, o el de Veneguera, en Mogán, en donde también se ha detectado.
También conocido como “picudín” o “picudo de las cuatro manchas”, la Diocalandra un escarabajo de pequeñas dimensiones, de entre 6 y 8 centímetros de longitud, que se alimenta taladrando la planta. Las larvas, depositadas en grietas, realizan galerías en raíces, inflorescencias, frutos y hojas. Estos orificios no sólo causan problemas por sí mismos, sino que además son puntos de entrada de hongos y nuevas plagas que, en el caso de los ejemplares más débiles, terminan por secar los haces vasculares y matar a la palmera.
Según explicó la consejera de Medio Ambiente, el Cabildo de Gran Canaria ha solicitado al Gobierno de Canarias que declare a este escarabajo como una plaga, para que de la misma forma que se hizo entre 2007 y 2012 con el picudo rojo, se pueda llevar a cabo un plan de choque promovido por todas las administraciones que ponga freno a su dispersión. Este plan de choque contemplaría medidas de control fitosanitario de la plaga, mediante la aplicación de productos que acaben con la Diocalandra, pero también medidas de prevención que fomenten las buenas prácticas en el cuidado y la poda de las palmeras, de forma que se reduzca el riesgo de contagio. De momento, los técnicos del Cabildo ya están interviniendo en Cabo Verde para frenar la plaga y salvar a este bello palmeral de la Villa de Moya.fuente:http://www.infonortedigital.com

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